LOS PUNTOS SOBRE LAS IES
– Por José Angel Sánchez López –
Primero el pueblo de México libre y soberano; que luego venga la
constitución progresista que sirva efectivamente al primero. Ignacio Ramírez
Recientemente fue celebrado en México el primer centenario de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Nuestra
Constitución.
Al parecer la pregunta en el titulo de este artículo es absurdo,
ridículo o estúpido. Aparentemente sí. Pero lamentablemente muchísimos mexicanos, niños, jóvenes, adultos y uno que otro mayor no lo saben y menos la conocen.
Es grave también que muchos, si no es que la mayoría de los
legisladores desconozcan los contenidos de nuestra Carta Magna, esa
que celebramos el 5 de febrero. Vaya, ni siquiera saben cuantos
artículos la componen. Pero mas grave aun que los contenidos vitales
de esa Constitución sean violados flagrantemente todos los días a cada
hora a lo largo y ancho del país.
La Constitución del 17 es tercera ley fundamental que rige a México,
ya que la primera del México independiente se expidió el 4 de
octubre de 1824, la segunda el 5 de febrero de 1857 y el texto
original de la actual el 5 febrero de 1917.
En esta del 17 nuestra Carta ha sufrido 699 reformas en 114 de sus 136
artículos originales, de los cuales sólo 22 permanecen intactos
mientras que buena parte de los modificados prácticamente han sido
reelaborados. Es decir, tenemos una centenaria Constitución llena de
parches por esas casi 700 reformas, modificaciones y adiciones que se
le han hecho.
Algunas de ellas con el propósito de adecuarla a los nuevos tiempos,
otras buscando crear condiciones para un mejor desarrollo del país y
sus ciudadanos, pero otras son surgidas mas del capricho de los grupos
gobernantes.
Y así llegamos a la celebración del primer centenario constitucional
cuando México enfrenta presiones que son, hoy mas que nunca en los
tiempos modernos, graves amenazas contra nuestra soberanía por las
actitudes agresivas del presidente norteamericano Donald Trump atrás
de las cuales están las negras intenciones de convertirse en el
regente mundial y su primer objetivo es precisamente México.
Llegamos a este centenario de la Carta Magna en la que los
Constituyentes plantearon el rumbo que en esa época consideraban el
ideal para el país.
Pero, independientemente de las reformas, hay preceptos que aún
existen con modificaciones pero con sus objetivos puros, que son
arteramente violados, inexistentes en la práctica.
Por ejemplo, en el artículo 3° que habla de la educación, se señala
que “El Estado garantizará la calidad en la educación obligatoria de
manera que los
materiales y métodos educativos, la organización escolar, la
infraestructura educativa y la idoneidad de los docentes y los
directivos garanticen el máximo logro de aprendizaje de los
educandos”. Lo que no se cumple cabalmente.
El 4° señala que “toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda
digna y decorosa. La Ley establecerá los instrumentos y apoyos
necesarios a fin de alcanzar tal objetivo”. Hoy millones de familias
viven, o sobreviven, en chozas o viviendas de cartón.
El 5° establece que nadie puede ser privado del producto de su trabajo
sino por resolución judicial. ¿Cuántos casos no hemos visto de
humildes vendedores y “marias” vejados, despojados de sus productos
y hasta detenidos por los inspectores municipales?
Tenemos en el 6° el derecho a la información, que existe parcialmente
por la reglamentación oficial o porque hay funcionarios que no
informan la verdad y dan datos falsos y otros que de plano se niegan a
informar.
El 7° que establece la inviolabilidad a la libertad de difundir
opiniones, información e ideas, a través de cualquier medio y sin
embargo, cuando no son los gobernantes que ejercen presiones para
acallar voces, son los directivos de las empresas que tienen
compromisos con los gobernantes o intereses en su contra y solo
permiten difundir lo que les conviene.
Tenemos el 11 que señala el derecho para entrar en la República, salir
de ella, viajar por su territorio y mudar de residencia, sin necesidad
de carta de seguridad, pasaporte, salvoconducto u otros requisitos
semejantes. ¿Cuántas veces no hemos sido parados en calles citadinas y
en carreteras por retenes militares, ministeriales o municipales para
esculcar nuestros vehículos y a veces hasta a nuestras familias con
diversos pretextos, sin el mandamiento judicial correspondiente?.
Mas grave la violación del artículo 16 que dice que nadie puede ser
molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones,
sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente, que
funde y motive la causa legal del procedimiento. Con toda impunidad
los agentes de tránsito, municipales o federales nos retienen
licencia, placas, etc. por infracciones a veces hasta supuestas,
cuando se trata de documentos que nos pertenecen pues pagamos por
ellos?
El 22 prohibe entre otras cosas la tortura, práctica común que llegó
hasta el asesinato en las autoridades policiacas sinaloenses que
recién salieron impunemente.
Y que decir del 123 que establece que toda persona tiene derecho al
trabajo digno y socialmente útil y en su inciso VI establece que los
salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las
necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material,
social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los
hijos. Hoy el salario mínimo está muy por abajo del costo de la
canasta básica.
Preceptos constitucionales éstos que están lejos de ser respetados,
cumplidos. Ni por los gobiernos obligados a respetar y hacer respetar
los derechos constitucionales de todos los ciudadanos mexicanos, ni
por los patrones en el caso del contenido del 123
Y estos son solo algunos ejemplos.
Entonces, ¿que celebramos el 5 de Febrero… A un simple libro que
contiene los preceptos de la Carta Magna?
Porque lo que es nuestra Constitución es violada cotidianamente. Y
acaso eso es para celebrar???
Les invito a escucharnos los lunes a las 7 pm en la Mesa de Análisis
Nuestras Noticias con Julio César Martínez, Javier Camacho, Juan
Manuel Campoy, Fabián Galicia y su servidor, a través de La Poderosa
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